Cuando arribé a el hospital en cuyo interior se encuentra esta bonita y pequeña iglesia. una hermana me abrió la casa, hoy convertida en museo, en la que humildemente vivió Monseñor Romero hasta su muerte. Emocionado vi la túnica agujereada por una bala calibre 22 envenenada que terminó con su vida.

l 23 de febrero de 1977, a los 59 años, Monseñor Romero se convierte en el IV Arzobispo de San Salvador. Apenas unas semanas después el 12 de marzo es asesinado su amigo, el sacerdote jesuita Rutilio Grande, quien colaboraba con grupos de campesinos.  Monseños insta al Presidente Molina para que investigue  el asesinato pero pronto se da cuenta de la pasividad e indiferencia del Gobierno. Las amenazas de los "escuadrones de la muerte" contra sacerdotes católicos se incrementan, iniciando así un terrible momento en la historia de El Salvador.

Ante el agravamiento de la situación política del país el Padre Romero se convierte en el principal denunciante de los abusos y la violencia cometida por los cuerpos de seguridad en todo el territorio. Su postura crítica ante los graves acontecimientos le vale ser nombrado Doctor Honoris Causa por parte de la Georgetown University (14 de febrero de 1978). En 1979, fue nominado al Premio Nobel de la Paz (ese año lo recibió la Madre Teresa de Calcuta). En febrero de 1980, la Universidad de Lovaina (en Bélgica), le concederán Doctorado Honoris Causa. Durante este mismo viaje, se reunió en Roma con el Papa Juan Pablo II, donde le informa obre la terrible situación que atravesaba el país.� Monseños  intentará tambén lograr convencer al Gobierno de los Estados Unidos para que dejara de apoyar militarmente a las fuerzas represivas del Gobierno salvadoreño al enviarle una carta al presidente Jimmy Carter.

Monseñor Oscar Arnulfo Romero morió asesinado a manos de un francotirador, mientras celebraba misa en la Iglesia Divina Providencia, a las 6:25 pm de la tarde del 24 de marzo de 1980. Investigaciones de la Comisión de la Verdad de Naciones Unidas determinó que el responsable intelectual de su muerte había sido el ex-mayor Roberto D´Aubuisson y el capitán Alvaro Saravia. Este fue encontrado culpable del Magnicidio a finales del año 2004, en un juicio civil que se realizara en California, Estados Unidos.