Les presento a la familia Yan,
con la que pude compartir su pacífica vida el 24 de diciembre. Me despertaron a
medianoche, tras haberles
comentado por la tarde que en occidente acostumbramos a pasar esa fecha en
compañia de la familia y a
brindar a medianoche, con tres vasos de agua para brindar, siendo ellos
budistas. Inolvidable la bondad de esa gente.
Tengo también el recuerdo de la Sra. Yan,
por su preocupacíón demostrada en el momento que yo hacía el check-in
en la estación de trenes en Beijing.
La nueva y espectacular estación de trenes de Beijing.
No bien arribé, empecé a dar vueltas en la verada de felicidad.....